Dolores encabeza a una familia dedicada a la cocina en la Sierra Chincua, Michoacán. Su arte gastronómico es un legado de su madre que ella preserva desde niña con pasión.

Originaria de Sierra Chincua, Michoacán, Doña Dolores vive de vender alimentos en el santuario de la mariposa monarca. Su pasión por la cocina se remonta a la infancia y a la herencia de su madre. Al igual que Doña María, Dolores considera que la cocina es un pilar de la cultura mexicana, por eso, con el apoyo de sus hijos y nietos, continúa preservándola a través de la gastronomía, lo que la convierte en una guardiana de nuestras tradiciones.

El aroma de la cebolla, los chiles y el ajo se esparce en la cocina, mientras en la olla hierven a fuego lento el caldo y los frijoles de la tradicional Sopa Tarasca.

Se dice que la sopa es el hogar y esta Sopa Tarasca es un plato que representa todo el sabor y el amor de la cocina mexicana, en una preparación tradicional con los ingredientes naturales que le han dado fama como reina de la cocina michoacana.